Margarita Núñez García, más conocida como Abuela Margarita, es curandera y guardiana de la tradición maya de México. Ella practica los círculos de la danza del sol, de la madre tierra, de la luna y de la búsqueda de la visión. Es parte del concejo de ancianos indígenas. En ella hay sabiduría y poder.
Ella dice que todo el mar es el mismo, independientemente de donde te encuentres, es un solo mar y es inmenso. Hace énfases sobre la unidade que somos con los árboles, las piedras, las montañas, todos somos uno mismo. Pero es importante hacer conciencia que el mundo en el que vivimos ahora, el tiempo de la tecnología, no le hace más que daño a la Madre Tierra. Tenemos que ser concientes que no podemos usar la tecnología para medir nuestra capacidad de clarividencia, de intuición, por eso tenemos que estar con nuestros ojos y nuestro espíritu volcados hacia la tierra que es la que nos alimenta y nos despierta nuestro interior.
La abuela Margarita nos dice que tenemos que ver a la tierra como madre y al sol como padre, todo lo demás, nos aleja de ser naturales, de la naturaleza.
Les dejo acá un poema del pueblo de ella, que usualmente comparte en sus entrevistas:
«Del rojo corazón de Quetzalcoalt brotó la flor de oro y la semilla. El dulce trino y la luz de la estrella en la frente de un pueblo. Nace el sol, humanidad, flor y pájaro en el centro vital del pensamiento. Está en el viento, es ala, es nube, agua que encarna en el maíz. Quetzalcoatl mágico y cósmico es. Es joya, piedra preciosa que tiene inmersos la luz y los colores, destellos del río de oro que lleva incrustadas el habla, el canto, la voz de la flauta y la pirámide del conocimiento. Es el trueno que hace vibrar los metales de su voz en la garganta de la humanidad y en la de los pájaros. Crece como árbol florido en la boca humana y en el pico de las aves. Es el vino del amor, delicia del calor de la mujer, tesoro y quietud del guerrero, útero donde nace la vida. Quetzalcoalt mágico y cósmico es. Muchas veces pensamos en Quetzalcoalt con forma humana pero yo creo que su regreso anuncia un cambio para la humanidad. Que en México se llame Quetzalcoalt, en los andes Viracocha y en otros lugares de otra forma, eso da igual. Es el anuncio del mismo cambio y yo tengo mucho gusto de que pueda suceder. Por otra parte se puede ver algunos de los cambios que ya se están produciendo y que confirman que esto va a suceder». Abuela Margarita